Embalse de El Vado - La Vereda (Pueblo arquitectura Negra Guadalajara)
La Vereda es una joya de la despoblación, un pueblo con una belleza extraordinaria que unos entusiastas han decidido reacondicionar para que perdure su belleza.
Tierras alejadas de todo, serenos paisajes y silencio. Un paseo por la historia de una comarca marcada por la construcción de un embalse que propició el abandono de los pueblos de La Vereda y El Vado.
El pueblo de La Vereda se encuentra en una remota zona de Guadalajara, unas tierras escarpadas de difícil acceso, sin servicios básicos como el agua corriente, la electricidad, etc.
Comenzamos la ruta desde la Presa de El Vado, dentro del Parque Natural de la Sierra Norte si nos dirigimos a él desde Madrid o Guadalajara. Lo rodean los municipios de Tamajón, Retiendas, Campillo de Ranas y Valdesotos.
La senda en todo momento se encuentra muy bien balizada y desde el comienzo veremos las marcas blancas y amarillas que corresponden al sendero de pequeño recorrido PR-GU 18. A los pocos metros nos desviamos a la derecha por la senda que acondicionaron los vecinos de La Vereda cuando las aguas del embalse inundaron el antiguo camino y el pueblo de El Vado, en 1954.
Durante estos primeros cuatro kilómetros tendremos unas buenas vistas al embalse y al Pico Ocejón. En cualquier momento aparecerá delante de nosotros una roca, a modo de improvisado mirador, que nos servirá para fotografiar las impresionantes vistas que tenemos frente a nosotros.
Ahora nos toca bajar al encuentro del arroyo Vallosera, pero antes nos detendremos un instante para observar como el arroyo, con el transcurrir de los años, ha creado una impresionante hoz y ha moldeado la cuarcita, las pizarra y los esquistos.
Llegados al lecho del arroyo unas piedras nos ayudarán a cruzarlo sin ninguna dificultad, puede ser que dependiendo del caudal del mismo queden cubiertas por las aguas, prevenidos quedáis.
En particular, hay una gran encina que es verdaderamente sorprendente, he visto encinas muy grandes, pero normalmente crecen a lo ancho en esta ocasión es muy alta, yo calculo que unos 12 metros tendrá y es lo que la hace tan especial.
Intentamos rodearla y entre cuatro personas casi no podemos abarcarla.
El pueblo se encuentra situado en un saliente, colgado sobre el arroyo Vallosera.
El pueblo de La Vereda perteneció al ayuntamiento de El Vado hasta que este pueblo quedó bajo las aguas del pantano del mismo nombre, pasando a tener ayuntamiento propio hasta su despoblación en los años 70, desde entonces hasta la actualidad pertenece al ayuntamiento de Campillo de Ranas.
Buen exponente de la Arquitectura Negra de Guadalajara, en la Sierra de Ayllón, sus antiguas casas de pizarra negra han pasado de la decadencia total al resurgimiento gracias a la Asociación cultural la Vereda.
En el pueblo se pueden apreciar dos barrios bien diferenciados, se observa que las casas quedan en la parte de arriba y las eras y corrales en las zonas más próximas al barranco.
Observamos el barranco que ha creado el arroyo dirección O desde el pueblo, vaya zona más salvaje y que a la vez despierta en mí ganas de explorarla.
La ermita de La Vereda está dedicada desde el siglo XVII a Ntra. Sra. de la Concepción. Anteriormente, estaba dedicada a San Bartolomé, probablemente debido a sus repobladores sepulvedanos. Según los libros de cuentas de la Ermita, en 1611 todavía estaba dedicada a San Bartolomé, constando ya en 1752, en el Catastro de la Ensenada, la nueva dedicación. Igualmente, se muestra ya consolidada la nueva Cofradía, con diversas posesiones y censos, lo que hace retroceder hasta ese siglo XVII el cambio.
El pueblo conserva el aspecto de cuando se construyó y carece de las comodidades que se suponen tienen las ciudades: no está asfaltado, no se permite el acceso de vehículos, carece de luz eléctrica (se utilizan quinqués, velas…), en las casas se calientan en el hogar, no hay saneamientos, se cocina en el fuego de leña, los hornos están en funcionamiento y se utilizan periódicamente para hacer pan, carnes.
Cada casa solía tener su horno, en la siguiente fotografía podemos observar el horno adosado a la vivienda.
Nos podemos hacer una idea de lo dura que era la vida es este paraje y el porqué de su desaparición, conviene que quede constancia de ese modo de vida y desde aquí agradezco la labor que hace la Asociación cultural La Vereda por tan magnífica labor.
Abandonamos el pueblo siguiendo las marcas del PR y volvemos a la pista, después de un atroche llegamos de nuevo al lecho del arroyo donde encontramos una pequeña área recreativa.
A su lado tenemos el Molino de la Vereda, que se construyo en 1954 para suplir el que había en Matallana y en El Vado.
El embalse de El Vado y el Pico Ocejón nos indica que estamos acercándonos al punto de partida.
Unos roscones y sidras para felicitarnos el año nuevo cortesía de Toñi y Ana hacen que el día termine de 10.
Espero que os guste.
http://hijosdelavereda.blogspot.com/
Espectacular ... ese camino es sencillamente precioso ... y vaya vistas (muy bien fotografiadas). Cuantos caminos como este no habrá, abandonados aquí y allá, victimas de la despoblación forzada como en el caso de estos pueblos o la emigración, buscando horizontes mas benévolos. Buen trabajo ...
ResponderEliminarMuchas gracias Juan Carlos, impresiona la ubicación del pueblo y la historia de esas gentes obligadas a irse de allí.
EliminarCreo que por la zona de Soria hay bastantes de estos pueblos abandonados, lástima que me pille tan lejos.
Un saludo!
Bonita zona, tengo muchas ganas de conocer La Vereda y desde este trabajo tuyo mucho más. Gracias por la descripción y las buenas fotos, me parece un gran trabajo, gracias Javier.
ResponderEliminarHola Adrián,
EliminarMuchas gracias por pasarte por aquí y comentar.
Me alegra saber que te ha gustado la ruta y espero que pronto puedas hacerla.
Un saludo!