Dehesa Bonita de Somosierra
En la vertiente Oeste del Pico cebollera, existe una dehesa boyal que guarda una de las reliquias botánicas que aún nos quedan en la región de épocas glaciares. Está considerado como uno de los bosques más hermosos de la Comunidad de Madrid, ya que su enorme variedad: acebos, robles, cerezos, avellanos, serbales y, sobre todo abedules, hacen de este un lugar espectacular, más si cabe cuando llega el otoño y los contrastes entre las diferentes especies se hacen más patentes.
Comenzamos la ruta en un pequeño aparcamiento, situado en su margen izquierdo, que se encuentra a unos 500 metros antes de llegar al pueblo de Somosierra.
Atravesamos la carretera y tras pasar una cancela superamos una breve cuesta.
Se alcanza una zona despejada en donde se abren varios caminos. Tomar el del centro, que enseguida da vuelta a la ladera y empieza una breve bajada, al tiempo que penetra en el dosel arbóreo.Al final de la corta cuesta cruza un regato junto a unos prados que son recurrente punto de encuentro del ganado que pasta en la dehesa.
Al otro lado de las aguas, la pista empieza una prolongada subida en la que se descubren abundantes bosquetes de avellanos, rodales de acebos y abedules que crecen entre los mayoritarios robles melojos y albar.
Caminar por este sendero es una delicia, aunque esta lloviendo de lo lindo no nos importa en absoluto, no nos cruzamos con nadie en todo el camino y pudimos disfrutar a lo grande.
Me salgo un momento del sendero para ver un majestuoso roble que llama mí atención.
A partir de aquí comienza la ascensión hacia el regajo del Hoyo. La vereda transcurre tapizada por un tupido manto de hojas del que asoman varias clases de setas en busca de la luz: lepiotas, amanitas y boletos. Sobre los viejos troncos de abedules derribados por el viento aparece otra seta curiosa en forma de visera, la Piptoperus.
El itinerario gana altura y se interna en una zona de robles y acebos donde la discordancia del verde homogéneo y brillante del acebo moteado de bolas rojas, con los amarillos y ocres de abedules y robles, es típica de esta época. Más adelante, otra pista, por la izquierda, asciende con un zigzagueo al compás de la ladera del cerro del Recuenco. Los corros de acebos son cada vez más frecuentes y forman tremendas masas apretadas alrededor de ejemplares de grandísimo porte. Unos metros más arriba preside el borde del camino un roble albar gigantesco. Finalmente, la senda desemboca en una pradera de cambrones, donde un viejo abrevadero marca el punto más alto de la ruta.
En el centro de este bucólico paisaje se sitúa un amplio pilón. Es la Fuente de la Fuenfría, como señala un cartel situado junto a su caño.
Destaca a unos cincuenta metros ladera arriba un enorme abedul de tronco horizontal.
El camino pasa a los pies de la fuente y continúa dirección Norte en un tramo que se difumina entre las retamas. Nos encontramos unos caballos pastando tranquilamente bajo la lluvia..
El camino emprende una subida a través de un bosque de robles, el suelo es una alfombra de colores.
Seguimos caminando hasta llegar a una zona elevada sobre la confluencia de los arroyos de la Dehesa y Los Cambronales. En la punta de este altozano hay un mirador desde el que se contempla una muy buena vista de la dehesa. .
Las vistas son maravillosas, el día esta gris, pero hay debajo de nosotros una explosión de color difícil de describir.
Si miramos hacia el lado contrario las vistas no defraudan.
Ahora viene la parte más aventurera de la jornada ya que en vez de volver bajando por el lado izquierdo del mirador y seguir el curso del arroyo hasta el inicio de la ruta, nos vamos a adentrar en lo más profundo de los barrancos que tenemos enfrente del mirador.
Desandamos un poco en camino que nos ha conducido hasta el mirador y vamos a parar hasta un arroyo en el que hay unos pequeños saltos de agua ideales para fotografiarlos.
Deciros que todo este tramo no tiene sendero y que vamos a ir tirando de intuición para recorrerlo, si no estás acostumbrado a caminar por estos terrenos sin sendero, te aconsejo que no sigas por aquí.
Cruzamos el arroyo aguas abajo y cambiamos de ladera, vamos a ir en todo momento cerca del arroyo, donde disfrutaremos de varios saltos de agua y como colofón final una cascada en lo más encajonado del cañón.
Nos resulta imposible seguir bajando junto al arroyo, con lo cual damos media vuelta e iniciamos un ascenso entre unas rocas que nos exigirán poner las manos para hacer una pequeña trepada.
Llegamos a otro arroyo que cruzaremos, es fácil saber por donde ya que hay un precioso abedul que se encuentra recostado sobre el arroyo haciendo una especie de arco y una cascada su lado.
Este rincón merece un descanso y unas buenas fotografías.
Seguimos el arroyo pero esta vez aguas arriba durante unos pocos metros, luego giraremos 90º a la izquierda para ir por una ladera y salir a la pista, cruzando una valla. Volvemos a encontrarnos a unos equinos, curiosamente se encuentran separados por la valla.
Sigue un nuevo tramo en descenso entre unas vallas de piedra, hasta alcanzar una nueva zona despejada.
Esta zona tiene unos tramos preciosos que merecen ser fotografiados.
Desde allí continuar a media ladera por un camino que concluye en una cancela. Del otro lado, ya por una pista iniciar un descenso que, a la derecha, concluye en el aparcamiento situado bajo la iglesia del pueblo de Somosierra y girando a la izquiera y tras unos 500 metros llegaremos al pequeño aparcamiento donde comenzamos la ruta.
espero que os guste.
Fuentes:
https://www.sierranortemadrid.org/dehesa-bonita/
https://elpais.com/diario/2003/11/08/viajero/1068329297_850215.html
https://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/11/ocio/1321011059.html
Comenzamos la ruta en un pequeño aparcamiento, situado en su margen izquierdo, que se encuentra a unos 500 metros antes de llegar al pueblo de Somosierra.
Atravesamos la carretera y tras pasar una cancela superamos una breve cuesta.
Se alcanza una zona despejada en donde se abren varios caminos. Tomar el del centro, que enseguida da vuelta a la ladera y empieza una breve bajada, al tiempo que penetra en el dosel arbóreo.Al final de la corta cuesta cruza un regato junto a unos prados que son recurrente punto de encuentro del ganado que pasta en la dehesa.
Al otro lado de las aguas, la pista empieza una prolongada subida en la que se descubren abundantes bosquetes de avellanos, rodales de acebos y abedules que crecen entre los mayoritarios robles melojos y albar.
Me salgo un momento del sendero para ver un majestuoso roble que llama mí atención.
A partir de aquí comienza la ascensión hacia el regajo del Hoyo. La vereda transcurre tapizada por un tupido manto de hojas del que asoman varias clases de setas en busca de la luz: lepiotas, amanitas y boletos. Sobre los viejos troncos de abedules derribados por el viento aparece otra seta curiosa en forma de visera, la Piptoperus.
El itinerario gana altura y se interna en una zona de robles y acebos donde la discordancia del verde homogéneo y brillante del acebo moteado de bolas rojas, con los amarillos y ocres de abedules y robles, es típica de esta época. Más adelante, otra pista, por la izquierda, asciende con un zigzagueo al compás de la ladera del cerro del Recuenco. Los corros de acebos son cada vez más frecuentes y forman tremendas masas apretadas alrededor de ejemplares de grandísimo porte. Unos metros más arriba preside el borde del camino un roble albar gigantesco. Finalmente, la senda desemboca en una pradera de cambrones, donde un viejo abrevadero marca el punto más alto de la ruta.
El camino pasa a los pies de la fuente y continúa dirección Norte en un tramo que se difumina entre las retamas. Nos encontramos unos caballos pastando tranquilamente bajo la lluvia..
El camino emprende una subida a través de un bosque de robles, el suelo es una alfombra de colores.
Seguimos caminando hasta llegar a una zona elevada sobre la confluencia de los arroyos de la Dehesa y Los Cambronales. En la punta de este altozano hay un mirador desde el que se contempla una muy buena vista de la dehesa. .
Las vistas son maravillosas, el día esta gris, pero hay debajo de nosotros una explosión de color difícil de describir.
Si miramos hacia el lado contrario las vistas no defraudan.
Ahora viene la parte más aventurera de la jornada ya que en vez de volver bajando por el lado izquierdo del mirador y seguir el curso del arroyo hasta el inicio de la ruta, nos vamos a adentrar en lo más profundo de los barrancos que tenemos enfrente del mirador.
Desandamos un poco en camino que nos ha conducido hasta el mirador y vamos a parar hasta un arroyo en el que hay unos pequeños saltos de agua ideales para fotografiarlos.
Deciros que todo este tramo no tiene sendero y que vamos a ir tirando de intuición para recorrerlo, si no estás acostumbrado a caminar por estos terrenos sin sendero, te aconsejo que no sigas por aquí.
Cruzamos el arroyo aguas abajo y cambiamos de ladera, vamos a ir en todo momento cerca del arroyo, donde disfrutaremos de varios saltos de agua y como colofón final una cascada en lo más encajonado del cañón.
Nos resulta imposible seguir bajando junto al arroyo, con lo cual damos media vuelta e iniciamos un ascenso entre unas rocas que nos exigirán poner las manos para hacer una pequeña trepada.
 |
| Pequeña trepada |
El esfuerzo ha merecido la pena, ya que tenemos unas fabulosas vistas panorámicas de este paraje.
Llegamos a otro arroyo que cruzaremos, es fácil saber por donde ya que hay un precioso abedul que se encuentra recostado sobre el arroyo haciendo una especie de arco y una cascada su lado.
Este rincón merece un descanso y unas buenas fotografías.
Seguimos el arroyo pero esta vez aguas arriba durante unos pocos metros, luego giraremos 90º a la izquierda para ir por una ladera y salir a la pista, cruzando una valla. Volvemos a encontrarnos a unos equinos, curiosamente se encuentran separados por la valla.
Sigue un nuevo tramo en descenso entre unas vallas de piedra, hasta alcanzar una nueva zona despejada.
Esta zona tiene unos tramos preciosos que merecen ser fotografiados.
Desde allí continuar a media ladera por un camino que concluye en una cancela. Del otro lado, ya por una pista iniciar un descenso que, a la derecha, concluye en el aparcamiento situado bajo la iglesia del pueblo de Somosierra y girando a la izquiera y tras unos 500 metros llegaremos al pequeño aparcamiento donde comenzamos la ruta.
espero que os guste.
DATOS DE LA RUTA:
IBP=31
Distancia Total : 5.22 Km.
Desn. subida : 206m.
Desn. bajada : 206 m.
Altura máxima : 1.535 m.
Altura mínima : 1.398 m.
Tiempo total : 3:25:06 h
Dificultad: Moderada (Por que nos complicamos la vida)
Desn. subida : 206m.
Desn. bajada : 206 m.
Altura máxima : 1.535 m.
Altura mínima : 1.398 m.
Tiempo total : 3:25:06 h
Dificultad: Moderada (Por que nos complicamos la vida)
PERFIL DE LA RUTA:
Fuentes:
https://www.sierranortemadrid.org/dehesa-bonita/
https://elpais.com/diario/2003/11/08/viajero/1068329297_850215.html
https://www.elmundo.es/elmundo/2011/11/11/ocio/1321011059.html
Comentarios
Publicar un comentario