Ruta circular desde Mogrovejo: El corazón del Valle de Liébana

Esta ruta circular por el macizo oriental de Picos de Europa es una inmersión total en el Valle de Liébana, una comarca con una personalidad única, encajonada entre murallas de roca caliza. El punto de partida es Mogrovejo, un pueblo que te pone en situación nada más llegar.



Está colgado en la ladera y declarado Conjunto Histórico-Artístico, y se entiende por qué. Lo primero que ves es su torreón medieval del siglo XIII, que destaca por encima de las casonas de piedra y te deja claro el plan del día: montaña y ambiente de pueblo de los de verdad. Como curiosidad, este sitio es tan de postal que fue el escenario principal para el rodaje de la película Heidi, Reina de la Montaña (2017).


Y anota esto para la vuelta: Mogrovejo tiene una buena oferta gastronómica para reponer fuerzas con un buen cocido lebaniego y tiendas donde comprar productos locales como quesos y miel.

Nada más salir de Mogrovejo, el sendero se mete de lleno en el camino clásico de “Bajo Picos”. Es un trazado que va culebreando entre bosques de hayas y robles, y que de vez en cuando se abre a praderías con ganado. Es una ruta para tomársela con calma, sin cronómetro. A ratos vas bajo los árboles y, cuando el bosque te da un respiro, puedes echar un vistazo rápido a las cumbres del macizo.


El camino está lleno de pequeños detalles, pero la sorpresa llega al encontrarnos con "El Invernal". Olvídate de la idea de una cuadra vieja. Esta construcción de piedra está perfectamente cuidada, rehabilitada con un gusto increíble y hasta equipada con placas solares, funcionando seguramente como un refugio o cabaña. Aunque hoy tenga una vida nueva, su nombre nos recuerda su función original: los invernales eran las construcciones donde los ganaderos guardaban el ganado durante los duros meses de invierno.

Pegado a su pared de piedra, un detalle que te transporta en el tiempo: un regulador de una antigua sembradora de cereal. Es un mecanismo con el que se ajustaba la cantidad de trigo, avena o cebada que caía al surco, calibrando la dosis de siembra según el cultivo. Una pieza de museo en mitad del monte.












Avanzamos por el recorrido de la senda Bajo Picos, inmersos en la frondosidad del bosque y disfrutando de las majestuosas vistas que ofrece el macizo oriental de los Picos de Europa.


Cruzamos la riega de piedras negras para girar y descender por la margen opuesta del río. En este tramo nos encontramos con ganado que ascendía por el sendero; es importante recordar que se debe mantener la calma, apartarse y dejarles paso, ya que ellas tienen siempre la prioridad en este entorno.

Para llegar a Brez, el plan cambia. Primero se tira un tramo por carretera para, un poco más adelante, abandonarla por un camino que baja directo. Ojo, porque justo después toca una subida de las que pican, bien empinada, hasta que te planta en las primeras casas del pueblo. 





Brez es un pueblo soleado, colgado a más de 750 metros de altitud. Sus casas de piedra se mezclan con pajares que tienen paredes de celosía de avellano, conocidas como "sietos". No pases por alto su iglesia de San Cipriano ni las dos enormes rocas ancladas con un muro cerca de las casas. Aquí aprovechamos para hacer un descanso y hacer el avituallamiento.


La vuelta la hacemos por la carretera que baja de Brez, que apenas tiene tráfico. El asfalto nos lleva directos a la iglesia de Tanarrio.




Este pueblo, más pequeño y recogido, tiene un par de joyas: su iglesia parroquial románica del siglo XIII y, un poco apartada, la ermita de San Facundo. Además, Tanarrio es conocido por su "alcornocal", un bosque de alcornoques poco común a esta altitud.


Desde la iglesia, el camino se tira para abajo buscando el cauce del río Belondio, también conocido como río Seco. Se cruza un puente y enseguida se llega a una pequeña cascada, un buen lugar para refrescarse un momento.


Desde el río toca remontar hacia Redo. Es una subida corta pero intensa. Redo es la aldea tranquila por definición, muy pegada a .Mogrovejo. y con su propia ermita de origen románico dedicada a San Pedro. Es un pueblo para cruzar despacio, fijándote en las vistas del valle que has dejado atrás y en la arquitectura tradicional lebaniega, que aquí se conserva sin adornos.

Y ya desde Redo, solo queda bajar de nuevo hacia Mogrovejo. Con esto se cierra una ruta muy completa: pueblos con carácter, bosques, subidas, agua y la sensación de estar caminando por la parte más auténtica y acogedora del Valle de Liébana.


Para disfrutar plenamente de esta ruta, la mejor época del año es la primavera (mayo-junio), cuando la vegetación está en su máximo esplendor y las cumbres lejanas aún conservan parches de nieve, o el otoño (octubre-noviembre), por la espectacular paleta de colores de los bosques.

Es fundamental llevar
botas de senderismo robustas con buen agarre para el terreno mixto y ropa por capas que permita adaptarse a los cambios de temperatura. Se recomienda encarecidamente llevar bastones de trekking para mayor estabilidad en los descensos y tramos irregulares. Como precauciones particulares, es vital llevar suficiente agua, ya que las fuentes pueden no ser fiables, y un mapa topográfico o un dispositivo GPS con la ruta cargada, dado que la señal móvil puede ser intermitente y la niebla puede aparecer rápidamente. Siempre se debe consultar la previsión meteorológica antes de iniciar la marcha, ya que el tiempo en la montaña es impredecible.

Espero que os guste.

 DATOS DE LA RUTA:

IBP=                                             54
Distancia Total:             11.73 Km.
Desn.  subida:                    507 m.
Desn.  bajada:                     507m.
Altura máxima:                  963 m.
Altura mínima:                   566 m.
Tiempo total:                3:56:14 h.
Dificultad:                     Moderada.

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