Manadero del Aguisejo, Sima de Villacadima, Villacadima, Cueva del Agua.

El senderismo nos brinda la oportunidad de adentrarnos en paisajes sorprendentes, descubrir lugares especiales y conectarnos con la naturaleza de una manera única.
Hoy, te invito a un viaje a través de la Sierra de Ayllón, un rincón de España donde los pequeños pueblos se visten de rojo y negro, gracias a sus tierras arcillosas y las piedras pizarrosas que caracterizan la región.

Nuestro recorrido comienza en las inmediaciones del pueblo de Grado del Pico. Aquí, tomamos la senda de los caracoles, una pista que nos lleva a las inmediaciones de un hotel-spa. Ahí aparcaremos y nos acercaremos al molino del Manadero donde veremos una pequeña cascada artificial.


Volvemos al aparcamiento, ya que a su lado se encuentra el manadero del río Aguisejo.


Se trata de un fenómeno geológico que se produce por la existencia de un acuífero subterráneo que atraviesa una zona de rocas calizas. Estas rocas son muy permeables y permiten que el agua circule por ellas, pero cuando encuentran una capa impermeable, el agua se acumula y busca una salida al exterior.


El río Aguisejo, con sus aguas transparentes y rodeado de vegetación frondosa, se origina aquí, y a lo largo de su recorrido discurre entre las provincias de Soria, Guadalajara y Segovia. A lo largo de sus 25 kilómetros de recorrido, el río se abre paso a través de un estrecho valle entre dos cerros, fertilizando una pequeña vega antes de desembocar en el río Riaza, que a su vez se une al río Duero.


A medida que avanzamos por la senda, nos adentramos en un paisaje de sorpresas, las formaciones rocosas nos sorprenden en cada recoveco del camino.









Aproximadamente en el kilómetro 2.4 de nuestro recorrido, nos desviaremos para seguir el lecho seco del arroyo de la Sima. En esta etapa, atravesaremos un exuberante bosque de pinos, donde al principio el sendero puede parecer difuso, pero a medida que avanzamos, se torna más nítido y fácil de seguir.


Tenemos que estar atentos a unos hitos que nos indicarán la proximidad de nuestro siguiente punto de interés de la ruta.
Dejamos atrás la exuberancia del bosque y nos dirigimos hacia la Sima de Villacadima.


El acceso al interior de la sima cuenta con escalones tallados en la roca caliza. Es esencial prestar extrema atención, ya que una caída en este punto podría tener consecuencias fatales.


Nos adentramos en un impresionante sumidero kárstico con aproximadamente 70 metros de profundidad. Este lugar es el resultado de miles de años de erosión y disolución de las rocas calizas, y sus paredes verticales nos cuentan la fascinante historia geológica de la región.


La sima se ha formado a través de miles de años de erosión y disolución de las rocas calizas, y sus paredes verticales y su profundidad son verdaderamente asombrosas.






 La Sima de Villacadima es especialmente impresionante cuando la luz del día penetra por uno de sus dos huecos, creando un espectáculo visual que deleitará a los amantes de la fotografía.


Abandonamos este singular hallazgo y continuamos nuestro recorrido, ahora nos sumergimos en un escenario de rocas y vastas llanuras, y en el horizonte divisamos el majestuoso parque eólico que se yergue sobre nuestro próximo destino.


Esta área presenta un asombroso contraste entre la contemporaneidad y el encanto de la vida rural, donde la naturaleza y la historia se entrelazan de forma única, y la comunidad de Villacadima personifica esta combinación.



 
En Villacadima, nos topamos con la Iglesia de San Pedro, una joya del románico rural de Guadalajara.


Su portada románica, con arquivoltas semicirculares decoradas con motivos vegetales y geométricos, es un ejemplo excepcional de la influencia mudéjar en la arquitectura local. El nombre del pueblo, “Villacadima” sugiere la presencia árabe o mudéjar, que se refleja en la decoración de la iglesia.


Saliendo del pueblo, nos topamos con la ermita de San Roque y su adyacente cementerio. Allí, aprovechamos el pequeño pórtico para disfrutar de un almuerzo y resguardarnos de la suave lluvia que nos acompañó en varias ocasiones a lo largo del día.






Siguiendo el cauce seco del arroyo de los Prados, avanzamos hasta que decidimos desviarnos brevemente para realizar un corto ascenso hasta la cueva del agua.


Esta cueva recibe su nombre por el constante goteo de agua en su interior, aunque nosotros no presenciamos dicho fenómeno. Se trata de un abrigo natural que ha sido acondicionado como refugio por los pastores de la zona.


En las cercanías, se encuentra otro abrigo conocido como el Portalón, que alberga pinturas rupestres, aunque lamentablemente se encuentran en un estado considerablemente deteriorado en la actualidad.

La ruta continúa a través del arroyo seco y las hoces que marcan los límites provinciales de Guadalajara y Segovia.


Tras deleitarnos con estas maravillas naturales y geográficas, regresamos al punto en el que nos habíamos desviado esta mañana para ascender a la sima. Ahora, el trayecto nos resulta familiar y conocido.



Al llegar al establecimiento hostelero y al aparcamiento, dimos por concluida la ruta, la cual nos dejó gratamente sorprendidos por la diversidad de paisajes y elementos naturales que tuvimos la oportunidad de contemplar.



Para concluir la ruta, se aconseja visitar la Cascada del Aguisejo. Para llegar allí, continuar por la carretera en dirección a Santibáñez de Ayllón, donde encontrarás un puente que cruza el Aguisejo. Antes de cruzarlo, gire a la derecha, siga el camino hasta llegar a la primera casa y luego sigue el camino a la izquierda. Tras unos 100 metros, llegarás al mirador con vistas a la cascada.
Puedes dejar el vehículo aquí.


Dado que nos encontramos en Santibáñez de Ayllón, si dispones de tiempo, te recomiendo dar un paseo por este encantador pueblo. Lo que más sorprende es el impresionante paisaje que se despliega a lo largo de las márgenes del río Aguisejo, con sus montes de pizarra que otorgan a la localidad un aspecto singular. Además, la arquitectura de las casas, en su mayoría de estilo tradicional, se distribuye de manera escalonada a lo largo de una de las laderas. La estructura del pueblo llama la atención, ya que las casas se agrupan unas junto a otras formando calles de trazado irregular que se adaptan a la topografía del terreno.


Asimismo, el pueblo cuenta con la iglesia de San Juan Bautista, ubicada en la parte alta, cuya arquitectura es de estilo barroco. 


Destaca su portada renacentista, ricamente decorada, con una puerta de arco de medio punto enmarcada por dos cuerpos laterales decorados con pilastras y medias columnas adosadas.


Espero que os guste.

 DATOS DE LA RUTA:

IBP=                                           36
Distancia Total:              12,1 Km.
Desn.  subida:                     181 m.
Desn.  bajada:                    181 m.
Altura máxima:               1.408 m.
Altura mínima:                1.258 m.
Tiempo total:                4:31:10 h.
Dificultad:                            Fácil.   
   









Comentarios

Vistas de página en total

Entradas populares de este blog

Martín Muñoz de Ayllón - Chorrera de Pico Jarro - Mirador de Peñas llanas - Ermita Hontanares

Tutorial Oruxmaps II (Avanzado)

Cortados de Titulcia - Mina Consuelo

Seguidores