Martín Muñoz de Ayllón - Chorrera de Pico Jarro - Mirador de Peñas llanas - Ermita Hontanares

¡Hola a todos! Hoy os quiero hablar de un lugar que me ha enamorado: Martín Muñoz de Ayllón, un pueblo con mucha historia y encanto en la provincia de Segovia.

Martín Muñoz de Ayllón es una localidad y pedanía del municipio de Riaza, en la provincia de Segovia (Castilla y León). La localidad se encuentra en la vertiente norte de la sierra de Ayllón y forma parte de la ruta de los pueblos de colores, siendo el color predominante en este caso el amarillo.

Estas rutas reciben su nombre de acuerdo al color predominante de los materiales utilizados en la construcción de las casas y otros edificios. La Arquitectura Negra se fundamenta en el uso de la pizarra, una roca oscura y resistente que se adapta perfectamente al clima frío y húmedo de la zona. Por otro lado, la Arquitectura Roja se basa en la utilización de arcilla, una sustancia maleable de tonalidad rojiza que se moldea con facilidad y se endurece al sol. En Martín Muñoz, la arquitectura típica se caracteriza por la presencia predominante de muros de cuarcita amarilla entremezclados con pizarra, lo cual le otorga su nombre distintivo.

El nombre del lugar deriva de Martín Muñoz, un general del Cid mencionado en el Cantar del Mio Cid, quien contrajo matrimonio con Ximena Becudo. Ximena Becudo era hermana de dos valerosos caballeros, Pedro Rodríguez Becudo y Gutierre Becudo, quienes se convirtieron en héroes famosos durante la reconquista. En 1110, estos caballeros tomaron la ciudad de Cuenca, y debido a sus destacadas hazañas, se les otorgaron amplias extensiones de tierras que utilizaron como dote para el matrimonio de su hermana.

Pero no solo eso, Martín Muñoz de Ayllón también tiene una naturaleza espectacular que invita a disfrutar del aire libre. Tiene menos de 10 habitantes en invierno y 60 o 70 los meses de verano. La vegetación predominante es el roble y los árboles frutales como el castaño, peral, manzano, gerval. También abundan las zarzas repletas de moras.

El pueblo tiene un encanto único que me fascina. Me encanta capturar con mi cámara esos pequeños detalles que convierten este lugar en algo especial.

Incluso descubro letreros que me transportan a épocas pasadas, cuando los vecinos se reunían alrededor de un invento que hoy en día es común en nuestros hogares, pero en aquel entonces era toda una novedad.

Tres ríos bañan las faldas de las montañas, cuyo agua nutre las cañerías de Alquité, Villacorta, Serracín, Madriguera y el propio Martín Muñoz.

Su iglesia, San Martín de Tours, Patrono del lugar, del siglo XII, ha sido reconstruida recientemente gracias al esfuerzo de sus vecinos y antiguos vecinos que emigraron. Tuvo canteras de pizarra que se utilizaron para la cubierta del Palacio de la Granja y para el suelo de la Catedral de Segovia.

Actualmente, existe un proyecto de creación de un espacio dedicado al arte y al paisaje, de la mano de apgallery, una iniciativa novedosa en la comarca que pretende relacionar el arte contemporáneo y el paisaje a través de distintas disciplinas artísticas. También ofrece la fórmula de taller y residencia para artistas que accedan a trabajar en un entorno único.

Partimos del pueblo en dirección sur, y a medida que avanzamos, atravesamos campos de cultivo recién arados. Enmarcando el paisaje, se alza imponente la Sierra de Ayllón, destacándose la majestuosa altura de La Buitrera.

En poco tiempo, nos encontramos con un arroyo, que cruzamos mediante un pequeño puente, hay opción de vadearlo también, pero ese pequeño puente tienen un encanto especial.

Justo enfrente de nosotros se encuentra un sendero con una pronunciada pendiente, pero no nos preocupemos, no lo tomaremos en esta ocasión. Ese sendero nos llevaría a las altas cumbres de la Sierra de Ayllón, una aventura que dejaremos para otra ocasión. En su lugar, optaremos por una senda que se desvía hacia el sureste.

Atravesamos un camino rodeado de arbustos de jara y finalmente llegamos a una encantadora pradera. Allí encontramos un pequeño banco de madera bajo la sombra de un roble, perfecto para tomarnos un descanso merecido.

Una vez reanudamos nuestro recorrido, nos encontramos frente a un espectáculo natural asombroso. Se vislumbran las profundas gargantas formadas por los arroyos al precipitarse desde las alturas de la Sierra de Ayllón, todo ello enmarcado por densos y frondosos robledales.

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Nos adentramos en el frondoso robledal, el canto de cientos de pájaros llena el aire, mientras que un suave murmullo de agua empieza a hacerse presente. Al principio, tímidamente se percibe, pero a medida que avanzamos, su rumor se vuelve más evidente, adelantándonos la maravilla que nos espera.

Llegamos a otro pequeño puente que nos permite cruzar el arroyo. Al otro lado, el sonido del agua cayendo con fuerza nos indica que estamos muy cerca de nuestro destino: la impresionante chorrera que nos espera con su espectáculo de luz y color. Un cartel nos anuncia que solo nos quedan unos metros para disfrutar de esta maravilla de la naturaleza.

Finalmente, llegamos a La Chorrera de Pico Jarro (según me comentan vecinos de la zona), una hermosa cascada que cautiva nuestra mirada. Con una altura aproximada de unos 5 metros, posee un encanto especial que la convierte en un verdadero espectáculo visual.

El arroyo toma su nombre de la Chorranca, más adelante, en su curso aguas abajo, se une con el Vadillo y el Hociquilla, ambos afluentes del Riaza.

Realmente es un rincón encantador, y lo mejor es que se encuentra a una distancia relativamente corta del pueblo, por lo que no nos lleva mucho tiempo llegar hasta aquí. Decidimos ampliar nuestra ruta y acercarnos a visitar la ermita de Hontanares, que se encuentra a unos 4 km de Martín Muñoz.

Para hacerlo, retrocedemos por el sendero que nos ha traído hasta aquí y, después de cruzar el arroyo del Espinar, tomamos un pequeño desvío para tomar la pista.
La pista es amplia y se extiende entre hermosos robledales. 

Un poco más adelante, nos desviaremos para ascender por un encantador sendero, nos resulta mucho más gratificante transitar por este tipo de senderos.

Tras hacer un esfuerzo adicional para ascender los últimos metros empinados, llegamos a una pequeña puerta y a una pista asfaltada, donde encontramos un amplio estacionamiento. Desde allí accedemos al recientemente restaurado mirador de Peñas llanas.

Nos acercamos para contemplar la obra realizada: una enorme estructura metálica que está completamente accesible para personas con discapacidad. Esta estructura se adentra entre el bosque y desemboca en unas impresionantes peñas, sobre las cuales se ha instalado el mirador.

Reemplazaron el antiguo mirador que estaba en muy mal estado, y ahora está ubicado en una colina rocosa con vistas a un hermoso valle de paisaje castellano. Para llegar hasta allí, han creado un sendero sinuoso a través de un bosque de robles melojos, ¡una caminata seguramente pintoresca! Pero aquí es donde surgen algunas dudas: en lugar de utilizar madera para la pasarela, optaron por acero galvanizado. Al parecer, elevaron la pasarela sobre pilares para reducir el impacto en el suelo y brindar a los visitantes una experiencia diferente. También tuvieron en cuenta la accesibilidad, asegurándose de que las personas con movilidad reducida puedan disfrutar del mirador.

El diseño del mirador es bastante impresionante, ya que se asemeja a un puente que se extiende 5 metros sobre el vacío y se apoya en dos puntos rocosos. Además, el área del voladizo se amplía para crear un espacio donde contemplar el hermoso valle. Aunque el uso de acero galvanizado tiene sus ventajas, uno no puede evitar preguntarse si la madera habría sido una opción más acorde con el entorno natural.

Nos encontramos a poca distancia de la ermita, apenas nos separa un poco más de 1 km. Para llegar allí, tomamos la pista asfaltada en dirección oeste, pero solo caminamos unos metros antes de desviarnos hacia la senda de las carboneras. Esta encantadora ruta discurre prácticamente paralela a la pista asfaltada, pero nos sumerge en un bonito sendero rodeado de robles.

La ermita de Nuestra Señora de Hontanares se encuentra en un lugar privilegiado dentro del término municipal de Riaza. Ubicada a 1.450 metros de altitud, en medio de un claro rodeado de un hermoso bosque de robles, ofrece impresionantes vistas al Pico del Lobo, la estación de esquí de La Pinilla, Riaza y los pueblos circundantes. Construida en el año 1606, la ermita consta de dos grandes estancias: la iglesia en sí y la antigua hospedería.

En el interior destaca el imponente retablo mayor con la imagen de Nuestra Señora de Hontanares como protagonista. La ermita ocupa el lugar donde antes se encontraba la iglesia del antiguo pueblo de Hontanares, que ya no existe en la actualidad.

Una de las leyendas relacionadas con esta ermita cuenta que durante la invasión musulmana, la imagen de la Virgen fue resguardada en una cueva. Después, durante la Reconquista, debido a un clima adverso, un pastor buscó refugio en la cueva y se encontró con la talla de la Virgen junto a una fuente de la cual brotaban gotas de aceite que mantenían encendida una lámpara. El pastor comenzó a utilizar esas gotas creyendo que poseían propiedades milagrosas, y el aceite se convirtió en agua. Hoy en día, esta fuente es conocida como "la de las Tres Gotas". En el lugar también se puede apreciar una cruz.

También existe un bar restaurante en sus inmediaciones donde podremos reponer fuerzas.

Si quieres disfrutar de un día al aire libre, también puede disfrutar de su área recreativa. Es un lugar ideal para relajarse y admirar la belleza natural que nos rodea. Podrás hacer un picnic en las mesas y bancos que hay disponibles, o preparar tu propia comida en las barbacoas. Eso sí, recuerda que solo puedes usarlas cuando no haya riesgo de incendio. En la entrada del área hay un cartel que te informa de las condiciones meteorológicas y las normas de uso.

Además, si vienes con niños, podrán divertirse en los columpios que hay instalados, o jugar en el amplio espacio verde. También hay varias fuentes donde podrás refrescarte y beber agua potable. El área recreativa es un sitio perfecto para pasar un día en familia o con amigos, y disfrutar de la naturaleza con respeto y responsabilidad.

Llega el momento de regresar a Martín Muñoz de Ayllón. Retrocedemos por el sendero de las carboneras hasta llegar al estacionamiento del mirador. Desde allí, descendemos por la senda y hacemos una pequeña desviación hacia unas peñas para disfrutar de una impresionante panorámica de los encantadores pueblos que conforman la ruta del color. En total, son ocho pueblos que nos deleitan con su belleza y encanto.

Finalmente, llegamos al aparcamiento, dando por concluida esta maravillosa ruta en la que hemos disfrutado de una zona que nos ha dejado una grata sensación. Nos vamos con un excelente recuerdo y una gran satisfacción por haber explorado este hermoso lugar.

Por último nos detendremos en Riaza para admirar su arquitectura castellana. La Plaza Mayor de Riaza destaca por dos razones principales que capturan la atención de los visitantes. En primer lugar, su arquitectura, que se remonta al siglo XVIII y se ha conservado de manera excepcional hasta la actualidad. Sus características originales se mantienen intactas, brindando una experiencia auténtica. En segundo lugar, el ambiente animado y concurrido que se respira en la plaza la convierte en un lugar único. Aquí se concentran numerosos bares y restaurantes, ofreciendo una amplia variedad de opciones gastronómicas. Además, a lo largo del año, la plaza alberga diversas actividades culturales y festivas, enriqueciendo aún más la experiencia de quienes la visitan.

Espero que os guste.

 DATOS DE LA RUTA:

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Distancia Total:             12,73 Km.

Desn.  subida:                    363 m.

Desn.  bajada:                    363 m.

Altura máxima:               1.482 m.

Altura mínima:                1.250 m.

Tiempo total:                4:15:11 h.

Dificultad:                            Fácil.   

   

Track de la ruta. GPX 

Ruta en Wikiloc